Madrina celebra el triunfo de la vida sobre la muerte, de estas víctimas de trata, al ofrecerles una nueva vida en el entorno rural junto a sus hijos menores.
Madrina alerta que la trata de niños y de mujeres está empezando a verse incluso en España y en Europa, conquistando a las familias más vulnerables debido al aumento de la pobreza infantil y materno-infantil.
Según sus datos, y en los últimos 3 años, ha aumentado la violencia y las mafias que trafican con menores en todo Latinoamérica, en paralelo con el aumento de la pobreza infantil y materno-infantil, al ser un negocio más lucrativo que la droga.
Según Naciones Unidas, dos tercios de las víctimas de trata de personas son mujeres y un tercio son niños, procedentes de las regiones más pobres del planeta. La trata de personas afecta prácticamente a todos los países, ya sea como punto de origen, tránsito o destino.
El delito de la trata secuestra a más de 2.4 millones de personas en el mundo, de los que 140.000 son solo en Europa. Un negocio que mueve más 32.000 millones $ en todo el mundo y 3.000 mil millones $ anuales solo en Europa.
La Fundación Madrina ha acogido en sus recursos a mujeres víctimas de trata de personas de países procedentes de Nigeria y de España, donde, en ambos casos, los padres han sido la principal causa de la venta de los menores, como consecuencia del aumento de la pobreza infantil y materno-infantil en España.
Hace dos semanas, la Fundación Madrina pudo dar una vida autónoma -con una vivienda y un trabajo-, a una joven víctima de trata, E.O., vendida por sus propios padres hace 7 años, gracias al proyecto de Pueblos Madrina, después de ser acogida en la residencia de madres de la entidad durante este tiempo.
Madrina pide encarecidamente que se luche con todas las armas posibles contra la comercialización de la “infancia y la maternidad”, que mueve la mayor cantidad de dinero en todo el mundo, tras el tráfico de drogas y de armas.
Madrid 23 de septiembre de 2023.– La trata de personas es un problema mundial que priva de la libertad, la vida, la salud y la dignidad a millones de mujeres y niños en todo el mundo. Los tratantes les engañan y los someten diariamente a situaciones de explotación sexual o tráfico de órganos.
Hay países donde los propios padres son los que venden a sus hijas. La Fundación Madrina informa de que lleva años trabajando contra la explotación y trata infantil y materno-infantil, observando que está aumentando peligrosamente en España y en Europa.
En este sentido, la Fundación Madrina ha acogido en sus recursos a mujeres víctimas de trata de personas de países procedentes de Nigeria y de España, donde, en ambos casos, los padres han sido la principal causa de la venta de los menores, como consecuencia del aumento de la pobreza infantil y materno-infantil.
Estudios recientes de Naciones Unidas –UNODC-, indican que dos tercios de las víctimas de trata de personas en el mundo son mujeres, y en Europa, más de 140,000 se encuentran sometidas a una situación de violencia y degradación por motivos de explotación sexual; de éstas últimas, una de cada siete trabajadoras sexuales han sido esclavizadas en la prostitución a través de la trata de personas.
La trata de personas afecta prácticamente a todos los países, ya sea como punto de origen, tránsito o destino, y se ha informado de que en 137 Estados se ha explotado a víctimas de por lo menos 127 países. La trata de personas es uno de los negocios ilícitos más lucrativos en Europa, donde los grupos criminales obtienen unos beneficios de 3 mil millones de dólares al año, siendo éste un negocio considerable que se abastece de la población mundial más marginalizada.
Un 20% de todas las víctimas de trata y explotación sexual son niños, y la mayoría son menores traficados proceden de las regiones más pobres del planeta, como África y países que engloban el Gran Mekong, como Camboya, Laos, Birmania, Tailandia, Vietnam y China.
A pesar de este dato lejano para las menores víctimas de trata, Madrina alerta de que se aprecia un incremento de las menores víctimas de trata procedentes de Latinoamérica, especialmente de países como El Salvador, Nicaragua, Honduras, a los que se deben unir en el último año Colombia y Perú. Son familias latinoamericanas que habitan de pueblos apartados o cerca de la selva, donde actúan impunemente la guerrilla y las mafias, aunque están llegando a las ciudades, o pueblos grandes.
En los últimos años, ha aumentado la violencia y las mafias que trafican con menores en todo Latinoamérica, en paralelo con el aumento de la pobreza infantil y materno-infantil, al ser un negocio más lucrativo que la droga. Debido a ello, ha habido una migración masiva hacia España y EEUU de mujeres embarazadas o con niños de corta edad, y que se han visto amenazados por grupos militares y pandillas para sustraer a los menores preadolescentes para combatir en las guerrillas o para vender a los niños recién nacidos o menores de 2 años para tráfico de órganos en países occidentales.
La Fundación Madrina pide más ayudas más directas para la infancia y maternidad más vulnerable con el fin de evitar en el primer mundo los “guetos de pobreza extrema”, para que las madres puedan salir adelante sin tener que vender o alquilar su propio cuerpo o estar expuestas a la trata.
