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Informe Fundación Madrina sobre «Reto demográfico y despoblación»

“Reto demográfico y Despoblación”

Comienza la “Revolución Rural”, la nueva colonización de familias vulnerables por la crisis-20, descubren que el pueblo es el hábitat más humano para los niños.

1.     Realidad social en España

2.     Los niños, la crisis y la repoblación rural

3.     Proyecto rural de Fundación Madrina

4.     ¿cuánto cuesta realojar a las familias?

5.     Propuestas para una repoblación eficaz en la España vaciada

6.     Fundación Madrina en pandemia | algunas cifras

7.     Pueblos con sostenibilidad energética

INFORME.- Madrid 2 de marzo de 2022

1.     REALIDAD SOCIAL EN ESPAÑA

Esta crisis económica sin precedentes, ha generado una nueva pobreza severa en familias que anteriormente no habían sufrido necesidad. Esta pandemia ha demostrado lo vulnerables que son las familias con hijos menores, así como el elevado número de hogares que viven del día a día, y que se han desequilibrado con la pérdida de empleo.

La sociedad ha quedado devastada y la crisis económica ha generado una quiebra social con consecuencias que no se veían desde la segunda guerra mundial. Ha generado la quiebra de miles de familias con elevadas deudas que crecen cada mes, dando a luz una nueva pobreza materno-infantil severa de familias especialmente con hijos menores, y muchas situaciones de calle. De hecho, las “colas del hambre” se están transformando en “colas de familias sin techo” desde hace meses. Y esto, a pesar de que con la eliminación del Estado de Alarma ha descendido un 52% las “colas del hambre”, sin embargo muchos presentan trabajos muy precarios que motiva que uno de los miembros tenga que venir a recoger alimentos, además de que el 48% restante está en condiciones de vulnerabilidad mayor.

Estas colas surgen su nombre de la Fundación Madrina, la “primera cola del hambre” antes de que se incorporaran dos meses después las grandes instituciones.

Cada vez hay más familias españolas que no pueden aguantar la situación que conlleva esta crisis como los autónomos en cese de actividad de sus pequeños negocios, y los despidos de empresas. En su mayoría, estas familias no solamente han perdido el trabajo, sino también la posibilidad de recibir ayudas, pues siete de cada diez familias vulnerables no van a recibir o les han denegado la ayuda mínima vital, a causa de una deficiente ingeniería social mal diseñada y peor implementada.

La Fundación Madrina, prevé que esta crisis económica durará medio ciclo económico de 7 años, aunque se puede alargar con el conflicto bélico.  “La crisis ha llegado para quedarse al no haber expectativas de generación de empleo urbano, donde radica el mayor porcentaje de la población afectada”. Todo esto está generando una nueva pobreza de familias medias españolas, que tenían un trabajo antes de la pandemia y que ahora engrosan las listas de una pobreza estructural permanente y creciente, invisible para una sociedad que mira hacia otro lado, mientras no se vea afectada directamente.

Muchas familias, en especial con niños menores, han estirado sus ahorros para pagar los alquileres y las facturas de luz, la calefacción y la manutención, pero la crisis continúa y no está dando tregua ninguna, sobre todo porque el trabajo escasea mucho y no hay perspectivas de generación de empleo. Así que se han visto obligados a contar con la ayuda de las pensiones de los abuelos, que han tenido que mantener, hasta donde han podido, a los hijos y a los nietos. Eso les ha empujado a renunciar al empadronamiento y en consecuencia a las posibles ayudas de la Seguridad Social.  Algunos casos viven hacinados y sin recursos, lo que provoca consecuencias psicológicas nefastas, especialmente en los niños y adolescentes.

Esta crisis social está causando una mayor crisis emocional, con aumento de depresiones, ansiedad y trastornos psicológicos que han llegado para quedarse igualmente. A la Fundación están llegando  mujeres, incluso casadas, que se están planteando no tener hijos o no seguir con su embarazo, lo que puede llevarnos a una clara disminución de la población, un “baby crack”. 

Las grandes urbes se están convirtiendo en una gran trampa mortal para las familias con hijos menores, que pierden trabajo e ingresos, mientras las ayudas sociales no llegan, lo que provoca que también  pierdan su hogar. Su única salida es el campo, el mundo rural donde encontrarán un hábitat más humano y sostenible para ellas y sus hijos, los Pueblos Madrina.

La pobreza materno-infantil se ceba especialmente en las grandes urbes con las familias  en extrema vulnerabilidad con hijos menores. Sin embargo es en las zonas rurales despobladas, es donde más  se valora la presencia de los niños, que llenan de vida los pueblos envejecidos y con pocos habitantes. 

En breve se verá un éxodo masivo de familias con hijos menores, colonizando la España vaciada, sin importar la clase social, la única característica común a todas ellas será que trasladan a muchos niños.

Actualmente en España, 1 de cada 4 familias se encuentran en situación vulnerable, con una deuda creciente por impagos, con riesgo de desahucios. La falta de empleo o trabajo precario les obliga a decidir cada mes entre pagar alquiler, la luz o comprar alimentos. Esta pobreza suma el paro, los ERTES y los autónomos en cese de actividad. 

La ayuda mínima vital, al igual que cualquier otra ayuda producto de la “ingeniería social” ha sido un fracaso. 7 de cada 10 familias vulnerables no van a recibir o les han denegado la ayuda mínima vital. 

La administración ha contestado a la pandemia con el CIERRE ADMINISTRATIVO, que ha empobrecido al 50% de la población vulnerable. El doble de lo que debería ser.

Se está creando una burbuja inmobiliaria y de deuda a costa de las familias vulnerables. En consecuencia, esta cifra podría subir a 3 de cada 4 familias vulnerables si estallan conjuntamente las burbujas de deuda e inmobiliaria por la crisis bélica. En este momento se está creando en España una burbuja inmobiliaria y de deuda que si “rompe” podría afectar a 3 de cada 4 familias si explotara esta burbuja. La realidad bélica actual podría acelerar esta explosión en Europa. 

Finalmente, 1 de cada 10 familias vulnerables se hallan en extrema pobreza y siete de cada diez familias vulnerables no van a recibir o les han denegado la ayuda mínima vital. 

Las cifras han dado más de 100.000 empresas en bancarrota y desaparecidas, en lo que se ha constituido como la devastación más importante de España desde la segunda guerra mundial, generando unos niveles de pobreza equiparables al cuarto mundo. España, Madrid pasa hambre.

La Fundación ha atendido desde su call center y durante toda la pandemia más de 350.000 llamadas de emergencia sanitaria y alimentaria, cuando no funcionaban ni el 010, 012 ni el 016. Su existencia es más que necesaria.

Por otra parte, la emergencia humanitaria creada por la guerra de invasión de Rusia sobre ucrania acelerara el desplazamiento de miles de mujeres y niños hacia Europa. La España vaciada tiene la oportunidad de abrirse a esta grave emergencia materno-infantil.

La Fundación denuncia que la única respuesta de la administración a la pandemia fue el “cierre administrativo y sanitario” generando el 50% de la pobreza durante la pandemia. Debido a ello la Fundación tuvo que realizar más de 2000 actuaciones sanitarias, pediátricas y ginecológicas, así como acogió más de 120 jóvenes gestantes sin hogar y alimentó a más de 4000 familias diarias en las famosas “colas del hambre”.

El transporte es otro factor de desigualdad social para las familias vulnerables, ya que muchas de ellas carecen de ingresos para poder transportarse incluso para recoger alimentos o para ir a una entrevista de trabajo.

La Fundación Madrina considera que “cuando la política se mete en el terreno social lo corrompe todo”. El presidente de la Fundación matiza que la ideología perversa en la política genera sectarismo y pone color político a los niños y familias vulnerables. En el fondo, matizó el presidente, la política quiere “adueñarse de los pobres” y así ha generado una “ingeniería social” que ha fracasado para erradicar la pobreza como el Ingreso Mínimo Vital, entre otros. La descoordinación con las comunidades generó que las mismas quitaran las ayudas por REMIS antes de ingresar el IMV, que llegó con 7 o 12 meses de retraso a las familias, condenándolos a las colas del hambre. Asimismo, muchas beneficiarias del REMI que renunciaron a él han ingresado menos con el IMV, estando condenadas a las colas del hambre.

En consecuencia, Fundación solicita una mayor colaboración entre las entidades del tercer sector y las instituciones para desarrollar e implementar con éxito las medidas sociales administrativas y que Fundación Madrina califica como “ingeniería social de despacho”, con una gran desconexión entre la realidad social que cambia cada semana y la realidad política. Invita a los asistentes a conocer personalmente la “obra social” de la fundación en directo.

Asimismo, el trabajo es un recurso escaso en la actualidad, no hay empleo, con unos autónomos en cese de actividad y que acogen el 80% del empleo. Este se ha vuelto más precario que nunca por la inseguridad jurídica que hay en España en relación al empleo. En la actualidad, solo se da empleo en base a cuotas como la de “violencia de género”, pero la Fundación Madrina ha pedido que se amplíe estas cuotas a toda mujer de familia vulnerable cabeza de familia.

La sociedad está desarrollada y legislada para personas sin cargas familiares. No hay conciliación de la mujer madre y ésta soporta una exclusión educativa, social, administrativa, laboral y de alojamiento. 

Hay más violencia ahora contra la mujer. Se puede afirmar en la sociedad actual hay en el terreno laboral hay “mobbing maternal”, en el familiar hay abandono “violencia machista”, en el social hay “violencia administrativa” y en el terreno de la salud existe “exclusión sanitaria” si carece de empadronamiento, papeles, o visado.

En los pueblos es más fácil encontrar un trabajo, si bien en el entorno de cuidado de mayores, limpieza, agricultura, ganadería, y hostelería.

2.     LOS NIÑOS, LA CRISIS Y LA REPOBLACIÓN RURAL

Tener un niño en la ciudad es sinónimo de vulnerabilidad y pobreza. Las familias con hijos menores a cargo no sobreviven en las ciudades = las ciudades es un medio hostil para los niños, es una trampa mortal para familias numerosas.

En las ciudades los niños no tienen futuro. No hay lugar para los niños en las ciudades. 

Muchas familias verbalizan que los propietarios de las viviendas en las grandes ciudades le previenen que “no aceptan mascotas, ni embarazadas, ni niños”. 

No hay lugar para los niños en las ciudades. Tener un niño en la ciudad es sinónimo de vulnerabilidad y pobreza. Es por ello que se busca la salida de los pueblos como entorno natural más humano para la vida y formación de los mismos.

Pueblos Madrina es un proyecto para los niños y considera los pueblos como el “hábitat más humano y estable” para criar y educar a los hijos. En abril nació el primer bebe en Ávila de estas familias “colonos”.

<<Muchas familias expresan emotivamente que cuando han llegado a los pueblos “han encontrado la felicidad y la libertad”. Por su parte, los abuelos de las poblaciones realojados verbalizan que con los niños que trae Fundación Madrina es como “si les hubiera tocado la lotería”. 

El pueblo ahora podrá sobrevivir unos años más y eso les dará más esperanza de vida a los abuelos. Incluso ahora “se rompen las farolas”, el alcalde se enfada, pero el presidente de la Fundación le replica que esté contento porque eso significa que hay más vida en su pueblo.>>

Las familias vulnerables que “colonizan” pueblos como consecuencia de la crisis pandémica, descubren que el entorno rural es el mejor lugar para sus hijos.

Asimismo, la Fundación Madrina considera a los pueblos como el “hábitat más humano y estable” para la crianza y educación de los hijos.

Los niños de familias numerosas que habitan en barrios vulnerables o guetos, presentan más fracaso escolar y absentismo escolar. 

Los niños de familias vulnerables afectados por las decisiones sanitarias y políticas de confinamiento, que les han sumido en la pobreza extrema, sufren igualmente patologías como el “síndrome de la nevera vacía”, caída de pelo por estrés de desahucio.

Esta crisis social está causando también una mayor crisis emocional, con aumento de depresiones, ansiedad y trastornos psicológicos que han llegado para quedarse igualmente. A la Fundación están llegando  mujeres, incluso casadas, que se están planteando no tener hijos o no seguir con su embarazo, lo que puede llevarnos a una clara disminución de la población, un “baby crack”.  

Además, los servicios sociales no suman y contestan a la pérdida del hogar por la pandemia, con “quitar los niños” a familias en situación de calle por la pandemia.

Asimismo, la Fundación Madrina observa traumas en los niños y jóvenes de familias vulnerables  que viven en las grandes urbes. La pérdida de hogar o bien de no tener comida en la nevera, o el “bullying” que pasan por no poder llevar desayuno o merienda al colegio. Ahora, cuando se les pregunta si volverían a la ciudad, todos dicen que “no quieren volver”, que se quedan, son más felices en el pueblo.

Hay una gran exclusión también de niños y madres con discapacidad alta en la adquisición de viviendas accesibles en el entorno rural, e incluso en las ciudades.

Los niños con patologías con síndromes o enfermedades raras están excluidos de los pueblos.

Las zonas urbanas sufren una despoblación silenciosa con la exclusión de familias más perjudicadas por la pandemia y que se ven forzados a salir de la ciudad, por la burbuja de precios inmobiliarios, energéticos y de deuda que acosa a las familias vulnerables desde el inicio de la pandemia. Esta situación es especialmente dramática para familias con hijos menores a cargo.

También se observa que hay un éxodo moderado pero constante hacia el entorno rural que necesita adaptar los pueblos a la nueva realidad social.

El recurso al hogar ha sido el derecho más perjudicado para las familias, muchas se han visto desahuciadas y en situación de calle y los servicios sociales han amenazado con quitarles los niños. Familias que han perdido el trabajo, las ayudas y el hogar, que presentan una deuda acumulada sin precedentes.

Las familias comentan que en los barrios de sus ciudades, no dejaban salir de sus casas a sus hijos, que pasaban horas en la TV y en juegos todo el día, por el miedo a la calle, a la droga y la delincuencia de sus barrios marginales de las ciudades. Muchos de ellos, especialmente niñas preadolescentes, se les caía el cabello, sufrían estrés y fracaso escolar. No soportaban la tensión de la familia con riesgo de calle y ver neveras vacías de alimentos, o no poder tener dinero para la merienda. Por el contrario, cuando los niños llegan a las zonas rurales, cambian. No quieren volver a la ciudad, empiezan a tener buenas notas y ser felices. Dicen que antes no entendían las asignaturas y el profesor no les ofrecía tiempo, dedicación que ahora tienen al ser 6 alumnos por clase frente a los cerca de 30 de las ciudades.

3.     PROYECTO RURAL DE FUNDACIÓN MADRINA

La Fundación impulsa el proyecto rural de las 4rs de repoblación, reforestación, reconstrucción y revalorización de los pueblos madrina. 

Las Familias vulnerables que dan vida a los pueblos, encuentran una segunda oportunidad para empezar una nueva vida. 

Muchas familias verbalizan que cuando han llegado a los pueblos “han encontrado la felicidad y la libertad”. Por su parte, los abuelos de las poblaciones realojados verbalizan que con los niños que trae Fundación Madrina es como “si les hubiera tocado la lotería”.

El proyecto rural de la Fundación Madrina, incluye “abuelos madrina” y “pueblos madrina”. Los primeros, son abuelos del entorno rural en soledad que “adoptan” una madre gestante o madre joven con un menor a cargo, con la idea de acompañar y ofrecer a las jóvenes madres y a sus bebés con un hogar seguro y el calor humano que solo pueden dar unos “abuelos”. Este hábitat es el hogar más seguro para la madre vulnerable y el menor.

Familias vulnerables dan vida a los pueblos y encuentran una segunda oportunidad para empezar una nueva vida. En las ciudades no tienen futuro. Una lista de espera de 800 familias espera su destino.

El realojo de familias vulnerables procedentes de las grandes ciudades, consiguen que pequeños municipios de menos de 500 habitantes no cierren la escuela, como es el caso de Berrocal en el Valle de la Corneja o La Torre en el Valle de Amblés, donde familias desde 3 hasta 8 hijos han conseguido que de cerrar la escuela puedan abrir ahora dos aulas. 

Por su parte, las familias colonos se benefician de un hogar estable donde los niños encuentran un “hábitat” más humano y sostenible para su educación y crianza, donde no habrá límites ni peligros para jugar o como dicen ellos, “un lugar más normal para vivir”, y en donde aprueban ahora con notas las asignaturas que antes suspendían en las ciudades. Han pasado de tener 28 compañeros a solo 6, es decir, con una educación más personalizada.

Durante estos 18 años, la Fundación Madrina ha realojado a más de 300 familias y 1000 niños en aldeas y pueblos de toda la geografía española. Sin embargo, y en la actualidad, la Fundación Madrina presenta más de 800 familias en lista de espera para irse a un pueblo y empezar una nueva vida.

Inicialmente, el perfil de las familias alojadas antes de la pandemia eran inmigrantes y asilados. Actualmente, y motivado por la crisis social y económica derivada de la misma, el 50% son familias españolas y en nueva pobreza.

En la Comunidad de Madrid se observa que alrededor de las ZONAS URBANAS no hay la despoblación que se encuentra en el entorno rural, ya que las segundas viviendas se han convertido en primeras viviendas, impidiendo que familias vulnerables sean realojadas alrededor de las ciudades. En este sentido, la fundación tenía presentado realizar un acuerdo de realojamiento con la mancomunidad de la sierra Norte y pobre de Madrid ante de la pandemia. Después fue imposible. Por ello se decidió realojar a familias fuera de la Comunidad de Madrid.

En consecuencia, las comunidades de Castilla La Mancha, Castilla León, Extremadura, y los valles como el Ambles, Ambroz, La Corneja, entre otros, se han beneficiado de la “colonización” de nuevas familias con hijos menores en edad escolar. Esperan su turno otros hogares y familias en las comunidades de Aragón, A Coruña y Andalucía.

La Fundación colabora en el realojamiento de familias de la Cañada Real Galiana, única solución para la misma.

4.     ¿CUÁNTO CUESTA REALOJAR A LAS FAMILIAS?

La Fundación ilustra con un cuadro con las cifras de inversión y gastos de mantenimiento del realojamiento de familias en pueblos, invitando a solicitar ayudas a realojamiento de familias por parte de servicios sociales. Los datos manifiestan un gasto medio de 600€ por familia y una inversión de 5000€ al año.

Sin embargo, costear este nuevo hábitat es caro. Según estimaciones de la Fundación Madrina, realojar una familia en un pueblo cuesta 15.000 €/año. De todo ello, 5.900€ es inversión y el resto, 9.000€, son gastos mensuales. De momento, la Fundación está costeando estos primeros gastos de realojamiento de las familias que, por término medio, consiguen sus trabajos en el plazo máximo de 1 mes. Según estos cálculos, realojar 1.000 familias costaría 15 millones de euros al año, con lo básico para que sobrevivan sin generación de empleo.

(*) si es propiedad del ayuntamiento

Cabe mencionar que la “violencia de género” también aparece en el entorno rural, sin embargo es más fácil contenerla en los pueblos que en las ciudades donde está más silente. De hecho, los vecinos de los pueblos y sus alcaldes suelen alertar a la Fundación de fenómenos de violencia y así se han denunciado por parte de la Fundación varios casos ya resueltos. 

Asimismo, durante la pandemia la Fundación ayudó con alimentos y acompañamiento a todo el colectivo LGTBI y no observa discriminación sobre ellos en zonas rurales, de hecho la Fundación ayuda a niños independientemente de la etiología de la pareja, y así ha ayudado a familias numerosas cuya pareja eran del colectivo, y en los pueblos lo ven con normalidad.

1.     PROPUESTAS PARA UNA REPOBLACIÓN EFICAZ EN LA ESPAÑA VACIADA

Para la fundación la familia es la empresa más importante de un país, y la madre es la CEO que debe ser apoyada y empoderada; y entiende que la ayuda directa a madres por cada nacimiento de un niño, sin restricciones, es  la mejor medida para mejorar el reto demográfico.

El mayor problema que Fundación Madrina encuentra para lograr nuevos asentamientos en zonas rurales es la desconfianza de los propietarios de las viviendas. Estos tienen miedo a la ocupación o al impago, y prefieren vender inmuebles a alquilarlos. De hecho, por cada vivienda que la entidad social consigue en cada pueblo cuyo alcalde desea o solicita repoblar, hay una media de 10-15 casas nuevas que están vacías pero sus propietarios no quieren alquilar.

La Fundación denuncia la falta de viviendas para alquilar en el entorno rural, por cada vivienda que se alquila hay 10-15 viviendas vacías cuyos dueños no quieren alquilar y están vacías. Los miedos a la ocupación de viviendas por las familias de las ciudades, la falta de acondicionamiento, y el destrozo de las viviendas hacen imposible su alquiler. Se solicitó a los políticos que fomentaran el alquiler de viviendas rurales con la protección de la propietaria a través de un alquiler garantizado y avalado por las Comunidades y siempre a precios sociales. Igualmente se pidió que se construyeran más viviendas sociales en el entorno rural.

La Fundación Madrina denuncia igualmente la falta de vivienda social tanto en las urbes como en las zonas rurales para familias con madres y niños con discapacidad. Asimismo, pidió que se adaptara el entorno rural a familias con discapacidad.

La entidad entiende necesario un “arbitraje para regular el precio de la vivienda de alquiler” de las Comunidades Autónomas para que la burbuja inmobiliaria actual no perjudique a las familias vulnerables.

Para Fundación Madrina se debería crear por parte de la administración local un “alquiler social garantizado”, que junto a la tutela jurídica y formal de los Notarios y las propias administraciones, se posibilitará aumentar x10 los realojamientos de familias vulnerables con niños desde zonas urbanas hacia viviendas vacías en zonas rurales.

Reiterando este punto, Fundación Madrina solicita la construcción de más vivienda social en los pueblos para que sean destinados a “repoblación rural”.

Un mejor acceso a la vivienda social rural junto con “alquileres sociales garantizados”, la mejora del transporte público y hacer accesible la movilidad de los colonos asentados, una energía “autosuficiente” y barata, más hospitales rurales con una sanidad más accesible y cercana, el acceso al internet en escuelas y hogares, la creación de universidades rurales y mejora del acceso a estudios universitarios sin salir de zonas rurales, así como apoyar el empleo y emprendimiento rural, son los factores limitantes para lograr el éxito de la repoblación rural.

Especialmente, se debería invertir más para lograr el éxito de la repoblación en zonas rurales, con más transporte público, más construcción de viviendas sociales, levantar más hospitales y centros de salud -dedicados a ginecología, obstetricia y pediatría-, e implantar más farmacias.

Asimismo, la inversión en empleo rural junto a la tutela y acompañamiento de los nuevos pobladores, por parte de la Fundación Madrina, garantizan la fijación de las “familias colonos” en el entorno rural.

Desde 2022 la Fundación Madrina suma el apoyo de los Notarios de la España vaciada.  La red, capilaridad y experiencia que presentan los Notarios en esta realidad rural es relevante para garantizar con su colaboración la seguridad jurídica de los nuevos asentamientos de colonos ante el “reto demográfico” frente a los alcaldes y pueblos que necesitan repoblación y tienen miedo.

 

2.     FUNDACIÓN MADRINA EN PANDEMIA | ALGUNAS CIFRAS

Fundación Madrina lleva 21 años trabajando por la infancia, la mujer y maternidad más vulnerable en España, en varios países y con cerca de 20 proyectos, presentando premios y reconocimientos internacionales. Es asesor en Naciones Unidas y en el Parlamento Europeo, luchando por los derechos de las mujeres, niños y familias monoparentales.

Madrina presenta pisos y residencias tuteladas que acogen a madres y niños con discapacidad, y mujeres jóvenes madres, víctimas de violencia, abuso, violaciones, prostitución y trata de personas. La mayor parte de ellas abandonadas por la administración y por la propia pareja, entendemos que esta última es una forma más de violencia de la que Vds. no persiguen.

También presenta centros de formación, empleo y emprendimiento para dar empleo a familias vulnerables, posee un banco del bebe que alimenta a más de 4000 familias diarias repartiendo más de 20 toneladas de alimentación e higiene infantil, y a cerca de 100 instituciones entre ellas, Servicios Sociales, Samur social, entre otros.

La entidad atiende y acoge cerca de 78 nacionalidades diferentes, siendo un 50% de las mujeres que atiende españolas y el resto inmigrantes, asiladas y refugiadas. Por cierto, estas últimas víctimas de la actual administración central, que niega el 100% de los asilos y también de sus tarjetas sanitarias y la de sus hijos menores, nunca anteriormente había pasado esto con ningún gobierno ni con tanta intensidad.

La fundación provee de alimentos e higiene infantil a las llamadas “colas del hambre”, miles de familias y niños, derivadas todas ellas desde Servicios Sociales, Centros de Salud, Hospitales, y entidades como Cáritas, Cruz Roja, Médicos de Mundo, CEAR, entre otras 100 instituciones a las que provee semanalmente de alimentación e higiene de bebe, entre ellas, entidades de origen republicano y de colectivos LGTBI. La fundación solo ve niños y madres necesitados.

Madrina da acogida igualmente en residencias y pisos de acogida a más de 100 mujeres y niños, y ha provisto de vivienda en el entorno rural, los llamados “pueblos madrina”, a más de 300 familias y cerca de 1000 niños, todas ellas víctimas de desahucios, muchos de ellos parados por la fundación. Sin embargo, la entidad todavía presenta una lista de espera de más de 800 familias vulnerables en riesgo de calle, y que han sido condenadas a comer en las “colas del hambre” que atiende la entidad.

La Fundación provee de alimentación e higiene a centenares de familias vulnerables que Servicios Sociales no puede cubrir y sigue colaborando con otros muchos distritos de Madrid a los provee de alimentos periódicamente. En el reparto de estas comidas ha colaborado tanto la Policía Municipal de Madrid como voluntarios. 

Otro servicio destacado es el “call center 24h” que atiende la Fundación y fue el único teléfono operativo durante la pandemia, ya que estuvieron bloqueados todos los teléfonos administrativos como el 016, 010 o el 012. En este teléfono de la entidad, se han atendido cerca de 350.000 llamadas de emergencias y se siguen atendiendo, con emergencias tanto sanitarias como alimentarias y de alojamiento, llegando a atenderse en horas punta hasta 15 llamadas al minuto.

Madrina también presenta un “centro médico” donde se derivaron en pandemia mujeres gestantes y niños para realizar más de 2000 actuaciones ginecológicas, pediátricas y analíticas, en unos primeros meses de confinamiento donde la sanidad pública estaba cerrada y no realizaba intervenciones sanitarias por el Covid. Actualmente se siguen atendiendo emergencias ginecológicas y pediátricas porque los centros de salud no dan atención a los niños o gestantes sin empadronamiento, sin tarjeta sanitaria o sin papeles.

Por último, indicar que presenta un centro de empleo y emprendimiento de madres con áreas de conciliación para niños de familias vulnerables sin derecho a guardería.

Durante la pandemia no se ha hablado de niños, y la Fundación Madrina ha tenido mucho cuidado con cuidar de la alimentación e higiene de los niños. Muchos han nacido desnutridos y con patologías fruto de la pandemia. La entidad ha repartido  cerca de 15.000 canastillas al año, entregándose en la propia casa de cada familia, para niños recién nacidos por valor de 700€, un importe que no está al alcance de una familia pobre que carece de dinero incluso para el transporte. 

Porque a la Fundación Madrina le importan los niños, quiere que éstos no les falte de nada y no le cuesten a las madres, por ello reparte carros, pañales, enseres, ropa, zapatos, mantas, chándal, material escolar, …. Todo aquello que la administración, Vds. no dan, y por ello derivan desde Servicios Sociales.

En este sentido, Fundación Madrina se constituye así en referente de la infancia y maternidad más vulnerable, y que la propia administración lo cifra en el 60% de la ayuda total que reciben estas familias de parte de todas las instituciones antes de la pandemia y hasta el 90% durante la pandemia. Por tanto, Madrina es un amortiguador social de las desigualdades que se generan por la crisis e incluso por la propia administración.

 

3.     PUEBLOS CON SOSTENIBILIDAD ENERGÉTICA

La Fundación trata de luchar contra la pobreza energética, generando Cooperativas energéticas o Comunidades energéticas. Con este fin la Fundación, en colaboración con “Light Humanity”, proporcionará electricidad a los Pueblos Madrina y también a la Cañada Real en Madrid.

La Fundación también lucha en colaboración con otras entidades para lograr la autonomía, autosuficiencia y “soberanía energética” en pueblos de la España vaciada.

Se trata de lograr la autosuficiencia o “soberanía energética” de pueblos de la España vaciada y la generación de empleo rural, con este propósito Fundación Madrina se asocia con la Fundación “Light Humanity” y con diferentes ingenieros técnicos y forestales de escuelas técnicas de Madrid y de España.

Este concepto de “traje a medida” que desea impulsar la Fundación Madrina en cada área rural de la España vaciada, lo realizará a través de los 4 ejes de su programa de Pueblos Madrina, que corresponden a las 4Rs de repoblación, reforestación, reconstrucción y revalorización. Con ello, se quiere desarrollar una repoblación rural más humana, accesible y sostenible en el tiempo, y que enraíza en los pueblos a las familias más vulnerables como ya lo está haciendo a lo largo de los valles repoblados de Ambroz, Corneja, Ambles, en Ávila, Cuenca y Toledo.

En este sentido, se desarrollarán determinados proyectos forestales en la España Vaciada, de la mano de ingenieros agrónomos y forestales en una especie de “traje a medida” para cada pueblo que aproveche su entorno y riqueza ecológica, con el fin de generar empleo rural, 4 o 5 empleos por pueblo.

Se crearán igualmente viveros forestales y de plantas ornamentales, también se crearán hornos de leña vegetal y plantas de biomasa, entre otros proyectos.

Cada uno de estos proyectos será tutelado desde la Escuela de Ingenieros Forestales de Madrid y servirán para un trabajo fin de curso de los alumnos que terminan la carrera.

La Fundación Madrina generará empleo rural a través de TFMs de alumnos universitarios, en colaboración con universidades.

La Fundación Madrina dará luz igualmente a los Pueblos Madrina y a la Cañada Real en colaboración con “light humanity” entre otras entidades.

Con estos proyectos se estimulará una cultura más valiosa de reciclaje y de uso eficiente de la energía solar, a través de un mayor consumo en horas pico, además de plantearse otras alternativas energéticas como la Aerotermia, Biomasa o el Biogás. El objetivo es generar energía solar fotovoltaica a través de paneles solares a medida y baterías recicladas, con el fin de conseguir Internet en las casas, dar datos para estudios escolares, para mantener la nevera del hogar, la lavadora, conseguir luz, y también para la televisión. Así como obtener calor de manera eficiente a través de calderas de leña, gas en la cocina, caldera y en el termo.

Por otra parte, se está investigando la posibilidad de que los pueblos de la España vaciada generen sus propios mini vehículos solares o eléctricos, para trayectos cortos y para pocas personas y peso. Los vehículos podrían recargarse conectándose a cualquier enchufe casero.

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