El Gobierno debe garantizar a padres y madres que elijan dedicarse temporalmente al cuidado de los niños y del hogar, un ingreso fijo al menos durante los primeros dos años de vida del menor, después del alumbramiento
- El Ingreso Base Maternal (IBM) favorece una adecuada alimentación materno-infantil y una crianza integral
- La Fundación Madrina aboga por el reconocimiento del cuidado del bebé como un empleo formal y sujeto a prestaciones laborales
- La familia debe ser reconocida jurídicamente como Pyme y, en consecuencia, sus componentes deben gozar de los beneficios fiscales de una empresa
Madrid, 29 de octubre de 2024.– Carolina M. atraviesa la semana 38 de gestación de su segundo hijo. Ya es madre de Aliyah, de 7 años. Empezó su último trabajo en Madrid como empleada doméstica en marzo de este año. Un mes después, le comunicaron que estaba en un embarazo de riesgo, así que tuvo que renunciar al empleo para preservar la salud del bebé, una situación que redujo los ingresos del hogar, en un momento en el que los gastos se disparaban. “Nos afectó mucho porque con mi sueldo podíamos comprar más carne y pollo, ahora todo es más medido, lamentablemente es menor el consumo que hacemos en comida. Hace un mes me dijeron que andaba con anemia”, confiesa esta madre gestante.
Historias como la de Carolina, usuaria de la Fundación Madrina desde hace cuatro meses, evidencian las dificultades que sufren las familias de Madrid que esperan la llegada de un nuevo miembro. Los casos son cotidianos y cada vez más graves, por lo que la entidad llama a la movilización todos los actores sociales y políticos para instaurar un Ingreso Base Maternal (IBM), que garantice un sustento económico a las madres y padres que deseen dedicarse temporalmente al cuidado de los niños y del hogar, al menos durante los primeros dos años de crianza del menor. En un país en el que la caída de la tasa de natalidad representa una de las principales preocupaciones, el IBM se muestra como la medida más eficaz para reducir el envejecimiento de la población.

La manutención de un menor absorbe entre el 35% y el 43% del salario base en una ciudad como Madrid, según estimaciones de la Fundación Madrina, que revelan la necesidad de brindar seguridad económica a las familias gestantes. Criar a un bebé puede costar entre 468 y 570 euros al mes, en un contexto de incertidumbre por la creciente inflación y la crisis de vivienda, que obliga a destinar más de un 30% de los ingresos familiares a pagar un techo.
Así, el IBM debería rondar los 600 euros, de tal forma que se atiendan las necesidades del bebé sin dejar de cubrir los otros gastos del hogar (alquiler, servicios públicos, sanidad, alimentación y ropa). Además, el IBM debería estar acompañado de las prestaciones laborales de cualquier asalariado, como la afiliación a la Seguridad Social o la cotización a un fondo de pensiones.
La paralización de la actividad laboral por la llegada de un hijo afecta en mayor medida a los trabajadores temporales, que trabajan por horas o son autónomos, es decir, afecta grandemente a las familias más vulnerables. Es imprescindible, entonces, la ayuda de las administraciones para que este “parón natural” no repercuta en la calidad de vida y la alimentación de la madre y del bebé. Tampoco en la disminución de otras condiciones básicas de la vivienda, como mantener una temperatura adecuada en el hogar e higiene.
Conrado Giménez Agrela, presidente de la Fundación Madrina, sostiene que “el Ingreso Base Maternal debería estar garantizado por el Estado antes que por el empleador, entre otras cosas, para evitar la discriminación de las madres gestantes a la hora de encontrar o mantener el empleo”. Carolina, por ejemplo, narra que la despidieron de un empleo de teleoperadora antes de que se venciera el mes de prueba, solo porque “se enteraron de que estaba embarazada”. Además, “debería mantenerse hasta al segundo año porque es el tiempo necesario en el que se desarrolla plenamente y madura el cerebro del bebé, es decir, se cierra su sistema cerebral, hasta entonces es más frágil”, concluye Giménez

La Fundación Madrina fomenta, además, otras propuestas para dignificar el trabajo de los cuidadores y combatir la pobreza materno-infantil, como:
- La creación de una «Caja Solidaria Única Intercomunitaria, Social y Fiscal» para facilitar la movilidad geográfica de familias vulnerables. Esta medida busca eliminar las barreras administrativas y fiscales que dificultan el traslado de familias a entornos más favorables, como zonas rurales con menor costo de vida.
- El reconocimiento de un Derecho Universal al Empadronamiento, crucial para acceder a ayudas sociales. La fundación denuncia que muchas familias vulnerables no pueden empadronarse debido a una situación de vivienda precaria, lo que les impide acceder a servicios básicos y ayudas sociales.
- La implementación de una sanidad verdaderamente universal que incluya a menores y embarazadas sin documentación. Actualmente, muchos niños y mujeres gestantes todavía hacen frente a obstáculos administrativos, al estar sin papeles o sin empadronamiento, viéndose privados de atención sanitaria básica, lo que supone un grave riesgo para su salud y bienestar.
- La creación de programas específicos de empleo y emprendimiento para madres, especialmente para aquellas mujeres, cabezas de familia que están al frente de familias monoparentales. La fundación ha observado que la maternidad a menudo marca el inicio de la desigualdad y la vulnerabilidad social para muchas mujeres.
- La ampliación y mejora del Ingreso Mínimo Vital (IMV). La fundación denuncia que, actualmente, 1 de cada 2 familias no recibe ninguna ayuda estatal del IMV, y que esta ayuda, cuando se recibe, no cubre las necesidades básicas de las familias más vulnerables.
En el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, la Fundación Madrina hace un llamamiento urgente a la sociedad y a las instituciones para que se unan en la lucha contra la pobreza maternoinfantil.
Carolina puede llegar a fin de mes gracias al paquete alimentario que recibe de la Fundación Madrina todos los miércoles en la Plaza de San Amaro, un programa que ha visto engrosar su lista de espera hasta los 350 aspirantes diarios. Las donaciones públicas y privadas no llegan en la misma proporción que las familias vulnerables, por lo que muchos hogares como los de Carolina deben afrontar la llegada de un nuevo bebé con múltiples preocupaciones.