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La Fuerza Silenciosa que Cambia el Mundo: Mujeres en la Vanguardia de la Paz y el Desarme

Madrid, 24 de mayo de 2025 – Hoy, en el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme, conmemorado cada 24 de mayo desde 1982, se rinde homenaje al papel esencial de las mujeres en la construcción de un mundo sin conflictos. Esta fecha, nacida en el corazón femenino de los años 80 contra la carrera armamentista y las armas nucleares, subraya la necesidad imperante de incorporar plenamente a las mujeres en todos los procesos de paz a nivel global.

Desde el histórico Congreso Mundial de La Haya en 1915, la participación activa de las mujeres ha demostrado ser un motor fundamental para alcanzar avances significativos hacia una sociedad más justa y libre de guerras. El Consejo de las Naciones Unidas reconoce hoy que la consolidación de la paz mundial depende intrínsecamente del respeto y la inclusión de las mujeres, cuyo desenvolvimiento en sociedades que garantizan sus derechos ha sido crucial.

Sin embargo, las mujeres continúan sufriendo obstáculos para ejercer sus derechos fundamentales, especialmente en zonas de conflicto donde la violencia bélica las convierte en víctimas directas y silenciar sus voces.

El Silencio Que Anuncia la Tormenta: La Guerra, Cicatrices Masculinas en Carne de Mujeres y Niños

Para la Fundación Madrina, Desde la tribuna que honra la paz, con el eco aún vibrante de los anhelos de un mundo sin violencia, levanta su voz con urgencia y profunda tristeza. Se presiente, se masca en el aire la amarga hiel de una nueva escalada bélica más voraz. Y como siempre, como una maldición ancestral, serán los rostros femeninos y las miradas infantiles quienes absorban el impacto más brutal de la furia desatada por manos masculinas. Las guerras las inician los hombres, y las sufren las mujeres y niños.

Las guerras no brotan de la tierra ni caen del cielo. Son una creación, una decisión, un error trágico incubado en los corazones y las mentes de los hombres. Pero su cosecha más amarga se siega en los cuerpos vulnerables de mujeres y niños, quienes se convierten en involuntarios peones de un juego macabro que no comprenden ni desean.

Madrina hace un llamamiento urgente para atender las necesidades de las mujeres y niñas refugiadas, garantizar su derecho al asilo, protegerlas de la violencia y crear fondos que permitan su protección en medio de las crisis. En las guerras, principalmente las Mujeres y niñas son utilizadas como armas de guerra, sufriendo violencia, abuso y traumas indecibles.

Celebrar este día es recordar que la paz no es solo la ausencia de guerra, es la construcción activa de las mujeres para transformar el mundo, en la búsqueda de un futuro de paz y desarme para todos. #DíaInternacionaldelasMujeresporlaPazyelDesarme.

El Rol Vital de las Mujeres en la Construcción de la Paz:

La Fundación reclama la participación directa de las mujeres, especialmente madres, en todos los procesos de Paz, para eliminar las guerras actuales, Gaza, Ucrania,…

Para la Fundación Madrina, las mujeres no son solo víctimas pasivas de la guerra; son agentes cruciales de la paz. Su perspectiva única, su capacidad de construir puentes y su enfoque en el bienestar de la comunidad las convierten en actores indispensables en la prevención y resolución de conflictos. Su participación activa en las mesas de negociación y en los procesos de reconstrucción post-conflicto ha demostrado ser fundamental para lograr una paz duradera y sostenible.

Igualmente, para Madrina, la responsabilidad no recae solo en los líderes políticos exclusivamente. Las voces de la fe, especialmente de los guías espirituales de la humanidad, tienen un papel trascendental que desempeñar en la reconstrucción de la Paz. Madrina hace un llamamiento solemne a los jefes de la Iglesia Católica, al Papa, a los Popes de la Iglesia Ortodoxa, a los líderes de las diversas denominaciones cristianas, del judaísmo y del mundo árabe, para que se unan en una plegaria global y una intercesión por la paz, en un clamor contra la violencia. Sus palabras y sus acciones tienen el poder de tocar las conciencias, de derribar muros de odio y de construir puentes de entendimiento entre diferentes culturas.

Una Chispa de Esperanza en la Oscuridad:

Madrina sigue ayudando para paliar las heridas de los conflictos de la mano de dos mujeres maravillosas: Luba y Chus. Dos voluntarias que se han metido trincheras para ayudar a las mujeres y niños que padecen en el frente. Autobuses, ambulancias, material sanitario, alimentación materno infantil, todo vale para llegar hasta el final con riesgo de sus vidas.

 

Los datos de la guerra

La realidad que nos arrojan los datos oficiales es un grito desgarrador. Según ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, más de la mitad de las personas desplazadas forzosamente en el mundo son mujeres y niños. En cada conflicto armado, son ellas quienes huyen con sus hijos a cuestas, dejando atrás hogares, sueños y seguridades, enfrentándose a la incertidumbre, la explotación y la violencia en los caminos del exilio.

UNICEF nos revela cifras escalofriantes: millones de niños y niñas han sido asesinados o mutilados por la metralla, las bombas y las minas antipersona. Sus cuerpos jóvenes, destinados al juego y al aprendizaje, se convierten en mapas de cicatrices físicas imborrables. Pero aún más profundo es el trauma psicológico, las pesadillas silenciosas, el miedo constante que se instala en sus almas inocentes, robándoles la infancia y sembrando las semillas de un futuro marcado por la angustia.

Actualmente, según datos del Uppsala Conflict Data Program (UCDP), hay decenas de conflictos armados activos en diversas regiones del planeta. Cada uno de ellos representa una tragedia humana en curso, un reguero de dolor y destrucción que afecta de manera desproporcionada a las poblaciones más indefensas.

Las Heridas que Abre una Guerra:

  1. Pérdida de vidas humanas: La muerte siega a civiles y combatientes, dejando un vacío irremplazable.
  2. Desplazamiento forzado: Millones de personas huyen de sus hogares, convirtiéndose en refugiados o desplazados internos.
  3. Destrucción de infraestructuras: Hospitales, escuelas, viviendas y servicios básicos son devastados.
  4. Violencia sexual: Mujeres y niñas son utilizadas como armas de guerra, sufriendo traumas indecibles.
  5. Hambruna y escasez: Los conflictos interrumpen la producción y distribución de alimentos, generando crisis humanitarias.
  6. Daño psicológico: El trauma de la guerra deja cicatrices profundas en la salud mental de la población.
  7. Proliferación de enfermedades: La falta de higiene y el colapso de los sistemas de salud favorecen la propagación de epidemias.
  8. Pérdida de oportunidades educativas: Los niños ven interrumpida su educación, hipotecando su futuro.
  9. Desestructuración social: Las comunidades se fragmentan, los lazos familiares se rompen y el tejido social se desgarra.
  10. Legado de odio y rencor: Las guerras siembran semillas de venganza que pueden perpetuar la violencia durante generaciones.

Los Senderos para Evitar la Guerra:

  1. Diplomacia activa y diálogo constante: La negociación pacífica debe ser la primera y última herramienta.
  2. Educación para la paz: Fomentar la empatía, la tolerancia y la resolución no violenta de conflictos desde la infancia.
  3. Cooperación internacional: Abordar las causas profundas de los conflictos a través del desarrollo sostenible y la justicia global.
  4. Empoderamiento de las mujeres: Incorporar plenamente a las mujeres en los procesos de paz y toma de decisiones.
  5. Desarme y control de armas: Reducir la disponibilidad de armamento y regular su comercio.
  6. Justicia y rendición de cuentas: Investigar y juzgar los crímenes de guerra para romper el ciclo de impunidad.
  7. Mediación y resolución de conflictos: Apoyar los esfuerzos de mediadores y organizaciones dedicadas a la paz.
  8. Fomento de la sociedad civil: Fortalecer las organizaciones y los movimientos que trabajan por la paz desde la base.
  9. Inversión en prevención: Destinar recursos a la identificación temprana de tensiones y a la construcción de sociedades resilientes.
  10. Liderazgo ético y responsable: Exigir a los líderes políticos que prioricen la paz sobre los intereses particulares y la retórica belicista.

Para Madrina, y en medio de esta sombría realidad, una chispa de esperanza puede encenderse en nuestros corazones: la convicción de que la guerra no es inevitable. Somos seres humanos con la capacidad de la razón, la empatía y la compasión.

Nuestro deber es actuar ahora. No podemos permanecer en silencio mientras la sombra de la guerra se cierne sobre el futuro. Es imperativo que los gobiernos de todas las naciones abandonen la confrontación y se sienten a una mesa de diálogo sincero y constructivo.

Solo a través de conversaciones activas, de un compromiso genuino con la resolución pacífica de conflictos y de la movilización de todas las fuerzas de la razón y la compasión, podremos detener la maquinaria de la guerra y proteger a las mujeres y los niños de su devastador impacto. El silencio ante la inminente tormenta es una complicidad inaceptable. Hablemos de paz, actuemos por la paz, construyamos la paz, ahora.

Contacto de Prensa:

Conrado Giménez | 619717565 | presidencia@madrina.org

Andrés del Val | 607397172 | prensa@madrina.org