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“Hambre, sinhogarismo y enfermedades respiratorias”: la tragedia Invisible que persiste 9 meses después de la DANA

La Fundación Madrina en Valencia, nueve meses después de la DANA

Valencia. Julio 31 de 2025. El fango, que con el tiempo se hizo polvo, ha desaparecido casi por completo de los municipios golpeados por la DANA en Valencia, pero la tragedia está tan presente “como si hubiera sido ayer”, en palabras de Katerine Lasso, “una sobreviviente de la DANA” en Catarroja, quien logró salvarse de “morir ahogada” junto a sus dos hijos, uno de ellos en el vientre. Un recorrido por tres de los municipios que aún luchan por resurgir — La Torre, Benetúser y Catarroja— revela las necesidades persistentes en la Comunidad Valencia, tras el paso de la peor gota fría del siglo. La dificultad para regresar a las viviendas, la inseguridad alimentaria y las enfermedades respiratorias son las secuelas más visibles entre los vecinos que han ofrecido su testimonio a la Fundación Madrina, entidad que se ha puesto al servicio de la Generalitat Valenciana para reforzar la reconstrucción de la región.

Los puntos de abastecimiento de bienes esenciales, improvisados en talleres, comercios y casales falleros tras la DANA dejaron de recibir alimentos del Estado un par de meses después de la tragedia. “Solo recibimos agua y productos de higiene”, comenta Mario Chanchay, coordinador del Centro Cultural Sin Fronteras en la localidad de La Torre. Pero las familias siguen ahí, formadas en la fila en busca de una ración alimentaria. En este municipio son 500 familias, entre ellas 80 bebés y una veintena de mujeres embarazadas. 

Aunque supermercados de cadena hace meses que abrieron sus puertas, una parte de la población que ha perdido el empleo, la casa y, en algunos casos, con deudas, no puede permitirse una alimentación completa como antes de la riada. Jovannina Piriz, voluntaria del centro de acopio de Catarroja, reafirma que “aún hay mucha necesidad”.  Este punto de reparto, levantado en un taller cedido por un vecino, atiende a unas 250 personas, dos veces por semana.  “Necesitamos alimentos frescos. Tenemos niños de siete años a los que tenemos que dar leche en polvo. Hoy, por ejemplo, solo daremos una lata de atún”, ha confesado Piriz ante unas 15 personas que esperaban este viernes el inicio del reparto a las afueras del local.

Los vecinos que coordinan la distribución de víveres en las localidades valencianas coinciden en que dependen íntegramente de la caridad de la ciudadanía. “Somos una cadena de favores entre los vecinos”, asegura Piriz. “Aquí no viene nadie del Gobierno a preguntarnos qué necesitamos”, añade Chanchay. La Fundación Madrina ha tejido una alianza con estos centros vecinales para coordinar el reparto de ayuda proveniente de Madrid.

De la riqueza, a la pobreza; de la pobreza, a la indigencia

Nueve meses después de la riada, aún hay vecinos que habitan un techo prestado. La insolvencia les ha impedido financiar la reconstrucción de sus hogares. Además, añade la portavoz vecinal Piriz: “Los alquileres han subido una forma desorbitada, pisos de 300 euros han pasado a 600. Hay gente a punto de irse a la calle porque de la pobreza han pasado a la indigencia”.

Milagro Martínez todavía vive en una vivienda cedida temporalmente por un allegado. Asegura que no tiene dinero en el banco para reparar su casa porque “todo lo había gastado en una reforma”. Pero el agua arrasó la vivienda reformada y la joyería de su propiedad en La Torre. Todo lo que le quedó fue el coche que tuvo que vender para salir a flote desde entonces. A su lado, Javier Martínez, su esposo, sintetiza la situación familiar: “Antes teníamos un nivel de vida alto, pero ahora, si no es por la ayuda de la gente, estaríamos viviendo debajo de un puente”. 

Elena Ramos, fundadora de la Asociación SEARA —aliada de Madrina en Valencia—, ha concluido que “la DANA lo que hizo fue bajar un escalón a todo el mundo y la gente más vulnerable es la que está ahora más vulnerable, incluso en la indigencia”.

No todos respiran aliviados

En la cola de lo que hoy comienzan a verse como “las filas del hambre” en Valencia, conformadas por víctimas de la DANA, abundan los testimonios de residentes que sufren problemas de salud por las inundaciones de octubre de 2024.  Ramos ha asegurado que “a día de hoy, sigue habiendo personas que van todos los días al médico por problemas respiratorios”. Tanto Milagro como Javier —el matrimonio de La Torre— permanecen con secuelas respiratorias a consecuencia de la DANA. “Por tanta agua que tragamos”, recuerda ella, quien además contrajo tétanos por el contacto con el agua contaminada. Él sufrió una hernia que, hasta hoy, lo obliga a vivir con una faja.

En el centro cultural de La Torre, el olor a humedad aún hace arrugar el ceño al entrar a algunas de sus habitaciones. Los deshumidificadores que han recibido en donación trabajan a media marcha. “No podemos usarlo todo el tiempo, porque se dispara el precio de la luz”, resalta Chanchay.

Frente a esta sede de reparto, un pastizal crece en una parcela abandonada como recuerdo de la DANA. “Antes había huertos, pero no ha regresado nadie después de la DANA. Se han generado muchos bichos y hemos llamado al Ayuntamiento para que vengan a limpiar”, asegura el líder vecinal de La Torre. Algunos de esos bichos, añade, “han picado a los niños”.

Migrantes vulnerables

Los efectos de la DANA han golpeado con especial dureza a la población migrante en Valencia sin permiso de residencia, como Katerine L, una colombiana narra que dos víctimas fatales fueron arrastradas por el agua hasta el patio de su casa en Catarroja. “Es algo que a mí no se me olvida”, confiesa. A su hijo tampoco: el menor de 16 años “se retrae mucho y se encierra en la habitación con más frecuencia”, según el testimonio de la madre a Fundación Madrina.

Esta madre migrante ha intentado sin éxito acceder a las ayudas para las víctimas de la DANA. “Es de mal gusto que en el Ayuntamiento diga que no te pueden ayudar porque no tienes documentación. La DANA no ha preguntado por nacionalidad”, denuncia. Hafsa S., madre soltera de dos niños, también ha afirmado que no puede “cobrar ayudas” porque tiene “el permiso de residencia caducado”. 

Medidas urgentes para una recuperación justa y humana: la reconstrucción de Valencia

Para paliar esta crisis humanitaria persistente y asegurar que ninguna familia quede atrás, la Fundación Madrina propone las siguientes medidas de mejora:

  1. Censo y Atención Inmediata a la Vulnerabilidad Extrema: Establecer un censo oficial y riguroso de la población que ha caído en situación de extrema pobreza tras la DANA, con un enfoque prioritario en garantizar la seguridad alimentaria, atención sanitaria y apoyo psicológico urgente, especialmente para mujeres embarazadas y menores de edad, pero también población mayor.
  2. Acceso Universal a Indemnizaciones sin Discriminación: Garantizar que el acceso a las indemnizaciones y ayudas estatales sea universal para todas las víctimas de la DANA, eliminando cualquier barrera basada en el estatus migratorio o la situación administrativa, asegurando que la catástrofe no sea una excusa para la exclusión.
  3. Refuerzo y Formalización de la Cadena de Abastecimiento: Restablecer y formalizar los puntos de abastecimiento de bienes esenciales con un suministro continuo de alimentos frescos y productos de primera necesidad por parte del Estado, en coordinación con los centros vecinales y el tercer sector.
  4. Plan de Empleo y Recuperación Económica Local: Implementar un plan de empleo específico y ayudas directas para las personas que han perdido su sustento a causa de la DANA, facilitando su reintegración al mercado laboral y la reconstrucción de sus medios de vida.
  5. Regulación Urgente de Precios del Alquiler: Establecer medidas de control y regulación de los precios de los alquileres en las zonas afectadas para evitar el aumento desorbitado y prevenir el “sinhogarismo” forzado, garantizando el derecho a una vivienda digna para las víctimas.
  6. Programas de Salud Pública Post-DANA: Desarrollar y mantener programas de salud pública específicos y continuos para abordar las secuelas respiratorias y otras afecciones relacionadas con la DANA, asegurando acceso gratuito a tratamientos, deshumidificadores y control de focos de humedad e insectos.
  7. Subvenciones para el Consumo Energético: Establecer subvenciones o tarifas sociales especiales para el consumo de electricidad en los hogares y centros de apoyo afectados, permitiendo el uso continuo de deshumidificadores y otros equipos esenciales para la recuperación y la salud.
  8. Agilización de los Procesos Burocráticos: Crear ventanillas únicas o equipos de gestores especializados para agilizar y simplificar los trámites burocráticos para las víctimas, minimizando los plazos de espera y facilitando el acceso a las ayudas y reparaciones.
  9. Apoyo Psicosocial Integral a Víctimas: Implementar programas de apoyo psicosocial a largo plazo para todas las víctimas de la DANA, con especial énfasis en niños y jóvenes, que ayuden a procesar el trauma y a construir resiliencia.
  10. Fortalecimiento de la Colaboración Público-Social: Dinamizar y formalizar la cooperación estratégica entre la Generalitat Valenciana, las administraciones locales y las entidades del tercer sector, como la Fundación Madrina, para una respuesta coordinada, eficaz y humana ante futuras emergencias y en las fases de reconstrucción a largo plazo.

La Fundación Madrina ha respondido de manera inmediata y eficaz ante las devastadoras inundaciones ocasionadas por la DANA en Valencia en 2024, desplegando un operativo de apoyo integral para las familias más afectadas. Gracias a la colaboración de voluntarios, empresas y donantes, la Fundación ha logrado proporcionar alimentos, ropa, productos de higiene y material de primera necesidad a cientos de personas que vieron sus hogares y medios de vida devastados por las lluvias torrenciales.

Además, la entidad ha organizado acciones de reubicación temporal y apoyo psicológico para las víctimas, con el objetivo de garantizar la seguridad y el bienestar de los más vulnerables. Este trabajo solidario refleja el compromiso constante de la Fundación Madrina con la ayuda humanitaria y la reconstrucción social en momentos de emergencia.

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