DÍA MUNDIAL DEL DERECHO AL NACIMIENTO – 7 DE JUNIO
“El Primer Latido, el primer aliento: Un Derecho Innegable”.
Reafirmando el Derecho Fundamental al Nacimiento y a la Vida del No Nacido: «Hoy, en el Día Mundial del Derecho al Nacimiento, reafirmamos que cada pequeña vida que se gesta merece su oportunidad, su primer aliento, su propio camino. Proteger el derecho a nacer es defender la esencia de nuestra humanidad.»
Madrid, España – 7 de junio de 2025 – En el marco del Día Mundial del Derecho al Nacimiento, Madrina alerta sobre un derecho fundamental y primigenio: el derecho de todo ser humano a nacer. Esta fecha, más allá de una conmemoración, es un alerta a la reflexión profunda sobre la ética, la moral y la dignidad humana que subyacen en la cuestión del inicio de la vida.
El derecho al nacimiento es la piedra angular sobre la que se asientan todos los demás derechos. Sin la posibilidad de nacer, no hay vida, no hay futuro, no hay derechos que defender. Sin embargo, en un mundo cada vez más complejo y, paradójicamente, deshumanizado en ciertos aspectos, este derecho inalienable enfrenta múltiples desafíos.
En este Día Mundial del Derecho al Nacimiento, Madrina llama a la acción de la sociedad, a los legisladores, a los profesionales de la salud y de servicios sociales, y a la comunidad internacional, para reflexionar juntos sobre la inviolabilidad de la vida humana y el respeto de los derechos fundamentales, desde su origen. El primer latido, el primer aliento de un ser humano, es un milagro y un derecho que debemos proteger con toda nuestra fuerza y convicción.
Principales Impedimentos al Derecho Fundamental al Nacimiento
La vulneración del derecho al nacimiento se manifiesta de diversas formas, abarcando desde condicionantes naturales hasta decisiones humanas y marcos legales. A continuación, detallamos diez posibles impedimentos clave:
- Condiciones Médicas Maternas Graves: Patologías severas de la madre que ponen en riesgo su vida de forma inminente si el embarazo continúa. Aunque dolorosa, esta es una situación de conflicto de vidas donde la prioridad es la supervivencia materna, aunque se lamenta la interrupción del embarazo.
- Malformaciones Fetales Incompatibles con la Vida: Diagnósticos de patologías fetales tan graves que el bebé no podría sobrevivir fuera del útero materno, o lo haría con un sufrimiento insoportable e irreversible. Aquí surge un dilema ético profundo sobre la precipitación de la muerte o eugenesia del menor, en estos casos, y la preservación de la vida humana.
- Violencia Obstétrica y Falta de Atención Sanitaria: La negligencia médica, la falta de atención de emergencia, el no acceso a cuidados prenatales adecuados, la desinformación o prácticas obstétricas violentas pueden llevar a complicaciones que impidan el nacimiento o pongan en grave riesgo la vida del feto y la madre.
- Pobreza Extrema y Desnutrición Materna: Las condiciones de vida precarias, la falta de acceso a alimentos nutritivos y una vivienda digna, impactan directamente en la salud materno-infantil, aumentando el riesgo de abortos espontáneos, nacimientos prematuros y mortalidad infantil.
- Guerras y Conflictos Armados: La barbarie de la guerra expone a las mujeres embarazadas a una violencia inusitada, estrés extremo, desnutrición, falta de acceso a atención médica y saneamiento, y el riesgo directo de ataques, lo que provoca abortos, muertes fetales y la negación del derecho a nacer en un entorno seguro y pacífico. La deshumanización de los conflictos armados borra la inocencia del no nacido.
- Violencia de Género y Agresiones Sexuales: la violencia doméstica suele inducir con una elevada probabilidad abortos o causar daño fetal irreparable. El embarazo, fruto de una violación, es una de las circunstancias más traumáticas, y requiere atención personalizada.
- Presión Social y Familiar: En diversas culturas y contextos, las presiones por el sexo del bebé (como la preferencia por niños en algunas sociedades), la situación socioeconómica o el estigma social pueden conducir a abortos selectivos o a la falta de apoyo a la madre.
- El Malentendido «Derecho al Aborto»: La concepción de un «derecho absoluto al aborto» sin límites o consideraciones éticas diluye y, en muchos casos, anula el derecho a la vida del no nacido. Esta terminología crea una víctima invisible: el niño al que se le niega la existencia. Países como China, con su histórica política de un solo hijo (y sus secuelas actuales), o India, han sido ejemplos trágicos de abortos selectivos por sexo, privando a millones de niñas de su derecho a nacer, generando desequilibrios demográficos severos y consecuencias sociales devastadoras, como la escasez de mujeres en edad reproductiva y el aumento de la trata de personas.
- Descarte de Embriones en la Fecundación In Vitro (FIV): Las técnicas de reproducción asistida, aunque buscan el nacimiento, generan un excedente de embriones que, si no son implantados, crioconservados o donados, son descartados. Esto plantea un profundo dilema moral y ético sobre el estatuto del embrión y el derecho a la vida de esos ovocitos fecundados a los que se les impide nacer.
- Diagnósticos Prenatales de Patologías Genéticas/Discapacidad: La detección prenatal de síndromes genéticos o discapacidades a menudo conduce a la interrupción del embarazo, impidiendo el nacimiento de niños que, si bien podrían enfrentar desafíos, también tendrían una vida digna y un potencial desconocido. Esta práctica, si no se aborda con una profunda ética, puede rozar la eugenesia, recomendando la solución más conservadora y mayor investigación en I+D.
Deshumanización de la Medicina y el Derecho: Las Víctimas del «Derecho al aborto” o del “fracaso en la maternidad»
La discusión sobre el aborto o “fracaso en la maternidad” ha llevado, en ocasiones, a una alarmante deshumanización del proceso y del ser que se está gestando. La narrativa dominante del «derecho al aborto» o “fracaso en la maternidad” en su vertiente más radical, sin una consideración paralela y profunda por el derecho a la vida del no nacido, o del “menor en el seno materno”, ha convertido a este último en un objeto sin estatus jurídico o moral pleno, una «víctima silenciosa».
La medicina, en su esencia hipocrática, busca preservar la vida. Sin embargo, cuando se instrumentaliza para interrumpirla de forma programada, se produce una profunda distorsión de su propósito. El derecho, por su parte, debería ser el garante de la vida y la dignidad de todos, especialmente de los más vulnerables. La creación de un «derecho» que elimina la existencia de otro ser humano, especialmente cuando este es el más indefenso, plantea una crisis ética, moral y legal de primer orden.
El impacto es devastador: se estima que, a nivel global, decenas de millones de abortos se realizan anualmente. En muchos países, como China o India, la mayoría de estas interrupciones son de fetos femeninos, perpetuando un femicidio prenatal silencioso que tiene consecuencias demográficas y sociales catastróficas, como desequilibrios de género, problemas de seguridad social y aumento de la trata de mujeres.
La Infancia como «Commodity»: Cifras que Duelen, mil millones de niños que claman
Es una triste realidad que la infancia, especialmente en países vulnerables, se haya transformado en una «commodity» o mercancía en un desequilibrio global. La pobreza, la falta de oportunidades y la precariedad de los sistemas de protección en países empobrecidos, unidas a la demanda en países más ricos para adopciones internacionales, adopciones ilegales, explotación laboral, sexual o incluso tráfico de órganos, han generado un mercado lícito e ilícito que mercantiliza la vida de los menores. Esta economía perversa demuestra una falla moral de nuestra sociedad y una herida flagrante contra los derechos humanos más fundamentales.
Se estima que más de mil millones de niños en el mundo sufren alguna forma de violencia anualmente, según datos de UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que se realizan unos 73 millones de abortos son inducidos anualmente en todo el mundo, niños que anualmente fallecen en el seno materno por aborto. Es importante distinguir entre los abortos espontáneos (pérdidas gestacionales) y los abortos inducidos. El aborto es una de las principales causas de muerte infantil in utero. La cifra de 73 millones de abortos inducidos anualmente es una estimación global que incluye todos los contextos y legalidades, y que finalmente acaban en el negocio de farmacia como las cremas “antiage” entre otras finalidades.
Niños víctimas de tráfico de órganos: La ONU estima que entre el 5% y el 10% de todos los trasplantes ilegales en el mundo utilizan órganos procedentes del mercado negro, un negocio que mueve entre 840 y 1.700 millones de dólares anuales. Este es uno de los crímenes más ocultos, y la vulnerabilidad de los niños, especialmente en situaciones de pobreza extrema o migración, los convierte en blanco fácil para estas mafias, que presentan fines de explotación sexual y laboral, y de extracción de órganos. Muchas desapariciones infantiles están ligadas a redes internacionales de tráfico.
El Sufrimiento Fetal y la Paradoja de la Intervención Intrauterina
La ciencia ha avanzado de manera asombrosa, permitiendo intervenciones quirúrgicas complejas en el seno materno para corregir patologías fetales, como espina bífida, cardiopatías congénitas o hernias diafragmáticas. Estas operaciones, que salvan vidas y mejoran drásticamente la calidad de vida de los futuros bebés, son la prueba irrefutable de que el feto es un paciente, un individuo con su propio derecho a la atención médica.
Sin embargo, en esta misma frontera de la vida, surge una paradoja cruel: mientras se opera con precisión microscópica para sanar, en otros contextos, se practican intervenciones de disección y desmembramiento fetal. Múltiples estudios y observaciones clínicas, incluyendo la respuesta fetal a estímulos dolorosos y el desarrollo de receptores del dolor en etapas tempranas, sugieren un sufrimiento fetal considerable durante ciertos procedimientos de aborto, desde las primeras fases de desarrollo. El contraste entre la consideración del feto como paciente susceptible de cirugía salvadora y su cosificación en la interrupción voluntaria del embarazo es una contradicción ética inadmisible.
La Economía Sumergida del «Commodity» Fetal: Un Negocio Clandestino
Más allá de la ética, existe una preocupante realidad económica sumergida: el comercio de tejido fetal y órganos. Aunque el uso de tejido fetal para la investigación científica es un tema complejo y regulado en muchos países, existe un mercado negro y una «commoditización» de estos materiales biológicos.
Fuentes extraoficiales y algunas investigaciones más importantes, han señalado la existencia de redes que trafican con tejido y órganos fetales, obtenidos ilegalmente, para su venta a laboratorios de investigación, empresas farmacéuticas y, alarmantemente, a la industria cosmética y de «rejuvenecimiento». Se estima que este comercio ilícito puede mover cientos de millones de dólares anualmente a nivel global, aunque las cifras exactas son extremadamente difíciles de cuantificar dada su naturaleza clandestina. No hay un «ranking oficial» de este comercio debido a su ilegalidad, pero se han documentado casos y desmantelado redes en varios continentes, revelando una práctica aberrante que deshumaniza por completo al no nacido, reduciéndolo a una mera fuente de «materia prima».
Fecundación In Vitro, Descarte de Embriones y Ética de la Experimentación
Las técnicas de reproducción asistida, si bien han traído la alegría de la paternidad a muchas familias, también han generado un dilema ético significativo. El descarte de óvulos fecundados y embriones «sobrantes» plantea la cuestión de su estatus moral y de su derecho al nacimiento y a la vida. La investigación con embriones humanos, aunque promete avances médicos, se adentra en un terreno ético delicado, especialmente cuando implica la manipulación genética o la experimentación que destruye la vida embrionaria. La línea entre el avance científico y la protección de la vida en sus etapas más tempranas debe ser definida con la máxima cautela y respeto.
El Decálogo Médico y Científico para el Derecho al Nacimiento y del Paciente No Nacido
Con base en la ética médica, la ciencia y el respeto incondicional por la vida, Madrina propone un decálogo para guiar nuestras acciones y políticas sociales:
- Garantizar el hábitat materno seguro para el menor intraútero: proteger y reconocer la Dignidad intrínseca y el valor de la vida humana desde la concepción, considerando el genoma humano como legado y patrimonio de la humanidad, acogiendo la diversidad genómica como natural.
- Protección Legal del Nacimiento: Establecer marcos legales firmes que protejan el derecho al nacimiento y a la vida del no nacido, garantizando su existencia y bienestar desde el primer momento, así como sus derechos fundamentales.
- Atención Sanitaria Materno-Fetal Integral: Promover y garantizar el acceso universal a la salud y a una atención prenatal de calidad, garantizando el vínculo de apego seguro madre hijo desde “intraútero”.
- Garantizar el Derecho de paciente: Reconocer los derechos fundamentales del menor intraútero como paciente; e invertir más en investigación, en cirugía fetal y en terapias Fetales, para corregir patologías intraútero,
- Apoyo a la Maternidad Vulnerable: Fortalecer las redes de apoyo social y económico para mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad, ofreciéndoles alternativas reales a la interrupción del embarazo y garantizando su bienestar y el de sus hijos.
- Garantizar el acompañamiento en la adversidad: brindando más acompañamiento en Diagnósticos Adversos, y apoyo psicológico, social, legal y médico a las familias que reciben diagnósticos de patologías fetales, ofreciendo alternativas a la interrupción del embarazo y promoviendo la aceptación y el cuidado.
- Humanización de la Medicina y el Derecho: Reafirmar la misión primordial de la medicina de sanar y proteger la vida, y la del derecho de garantizarla, evitando cualquier deshumanización o instrumentalización del ser humano en cualquier etapa de su existencia.
- Condena y persecución al Comercio Fetal: Perseguir y condenar enérgicamente el tráfico de tejido y órganos humanos y fetales, asegurando sanciones severas para quienes participen en esta actividad.
- Educación y Concienciación: Educar desde la escuela sobre el desarrollo fetal, el valor de la vida desde la concepción y las consecuencias y efectos colaterales sociales y demográficos de las políticas que atentan contra el derecho a nacer.
- Alternativas al Descarte Embrionario: Fomentar políticas y tecnologías en la FIV que minimicen el número de embriones «sobrantes» y promuevan su adopción o uso ético en investigación, siempre bajo consentimiento y principios bioéticos rigurosos.
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